La mujer que da nombre a este capítulo (incompleto) fué la madre de Concepción Montanari Rius, mi abuela, y de Vicente Montanari Rius. Tuvo otros dos hijos que fallecieron siendo niños. Primero lo hizo Fernando Montanari Rius el 12 de Febrero de 1908 a los dos años, por aquel entonces vivían en Mahón. Según el registro de defunciones del cementerio de esta ciudad, la casa donde falleció estaba en la Calle de San José, número 46.
Tengo motivos para pensar que Eulalia se dedicó desde muy niña al mundo del espectáculo. Estoy trabajando en estos momentos en ello, y cuando pueda articular un poco los datos de que dispongo subiré una entrada nueva.
En algún momento Eulalia se trasladó a Palma de Mallorca. Su vida en Mahón no era fácil. Tenía una relación con un hombre mucho mayor que ella, con quien nunca se casó y con quien tuvo cuatro hijos. Ese hombre: Vicente Montanari Uhler, tenía otra familia con otra mujer; Antonia Mesquida Barceló con quien tuvo otras dos criaturas y con quien en principio, tampoco estaba casado.
En Palma de Mallorca Eulalia se veía con Montanari, quien, por ser empresario naviero, tenía facilidad para desplazarse hasta esa isla. Allí falleció el segundo de los hijos, Paquito, víctima al parecer de una enfermedad pulmonar, según relata Vicente Montanari Rius en sus memorias inéditas. Según el Registro de Defunciones del Cementerio Municipal de Palma, el niño murió con 4 añitos, en Febrero de 1915. Su madre le seguiría poco después el 2 de Diciembre de 1915 la arterioeclerósis puso fin a su vida. Acababa de cumplir 31 años.
Cuando falleció Eulalia Rius Saladich, su hija Conchita estaba en barcelona interna en un colegio. Por su parte el otro hijo sobreviviente, Vicente, permaneció en Palma de Mallorca un tiempo al cargo de la familia de un ex-mayordomo de la naviera de la que Montanari era directivo.
Al cabo de un tiempo, sin embargo, le trasladaron a Barcelona, donde se reunió con Conchita, su hermana y allí permanecieron un tiempo al cargo de 'tío Miguel' que probablemente era Miguel Lluch Uhler, primo del padre de los niños que en esa época vivía en la ciudad condal.
De lo que aconteció a los dos hermanos y la historia de su madre y de las razones que la llevaron hasta la isla de Menorca, hablaré, como he comentado antes en otro capítulo ya que ahora quisiera centrarme en la familia de Eulalia Rius Saladich.
Barcelona tiene una parte de sus archivos históricos digitalizados. Es un proceso laborioso, pero con una buena dosis de paciencia no me ha sido dificil trazar el recorrido de esta rama familiar.
Eulalia Rius Saladich, era hija de Casimiro Rius Niqui y de Concepción Saladich Almató. Nació el 26 de Noviembre de 1884. Era la primera hija -creo- del matrimonio que por entonces vivía en la Calle Riera Baja, en el corazón del Raval, entre el Paralelo y La Rambla.
En 1886 nació Eliza Dolores Concepción Rius Saladich y en 1887 nació su hermano Esteban Casimiro. En esa época, la familia vivía en la Calle Tantarantana, número 4, en el barrio de La Marina y justamente en la casa donde había vivido 200 años antes Madrona Clarina Colomer, una venerable religiosa a quien se le atribuyen milagros y profecías y que, según se cuenta, su cuerpo permanece incorrupto en la cripta del Convento de Sant Agustí Nou.
En 1888 nació otra hermana de Eulalia a quien se puso por nombre Juana Matilde Jacoba, la familia, vivía por entonces en la Calle Sant Sever, en El Call, o Barrio Judío de Barcelona.
El siguiente fué Manuel Trinidad Casimiro, que nació en 1890 cuando la familia vivía en la Calle Gobernador -actual Calle Durán i Bas- junto a la catedral. Dos años despues nació la que, creo que es la última hija que tuvieron y a la que llamaron Manuela Mercedes Concepta.
De las vicisitudes de esta familia no tengo mucha información, sin embargo parece que seis hijos en poco mas de siete años y cuatro domicilios diferentes, aunque siempre en la misma zona de Raval/Gótico/Marina, parece indicar que no fueron tiempos fáciles.
De Casimiro Rius Niqui solamente sé que tuvo un hermano, cinco años mayor que se casó con Encarnacion Brichs. La mujer de Casimiro, y por tanto madre de los hermanos Rius Saladich, que se llamaba Concepción Saladich Almató falleció en 1902 a los 37 años. Por entonces vivían en Les Corts, ya integrado a la ciudad de Barcelona.
Pero no siempre fué así. La familia materna de Concepción Saladich Almató provenía de Sant Feliu Sasserra en la comarca catalana del Lluçanés y era muy conocida por ser la familia del médico del pueblo.
Salvio Almató Eurás fue un médico rural muy respetado. Había estudiado la carrera de medicina en la Universidad de Cervera y de esa localidad era la mujer con la que se casó: Antonia Ribera Subiranas. El matrimonio Almató - Ribera proporcionó a sus hijos una sólida educación cristiana y de los seis hijos que tuvieron, en tres de ellos se despertó la vocación religiosa.
El hijo mayor, Salvio (Olesa de Montserrat 1827 - 1889 Barcelona) Cursó filosofia en el Seminario Conciliar de Vich y en Barcelona y se licenció en medicina y cirugía en 1851. Conoció la homeopatía años más tarde cuando uno de sus hijos enfermó gravemente de difteria y, ante la desesperación de no tener otro recurso, acudió al doctor Guañabens que practicaba la homeopatía en Mataró.
La noticia del martirio de Almató llegó a España a través de una carta que escribió el P. Hilario Alcázar al Rector de Ocaña, P. Mariano Cuartero. Estaba fechada en el Vicariato Oriental del Tonkín el 23 de marzo de 1862. Por entonces no vivía ya el Dr. Salvi Almató i Euras. Había fallecido el 15 de marzo de aquel mismo año 1862. Sí vivía, sin embargo su madre, D.a Antonia Ribera. Aseguran que se apresuró a encargar un funeral en la parroquia de Sant Feliu Sasserra para rogar al Señor por el eterno descanso de su hijo. El sacerdote que recibió sus deseos, le contestó: «A los santos no se les deben hacer funerales. Vuestro hijo mártir se ha ido derecho al cielo».
En 1885, los restos de Almató fueron identificados y enviados, en una arqueta, a Europa; Después de pasar por Manila, llegaron en barco a Europa y en tren a Vich. Fué beatificado por Pio X en 1906 y canonizado por Juan Pablo II en 1988.
En cuanto a las otras dos hermanas Almató Ribera, Antonia ingresó en la vida religiosa, pero hubo de desistir por falta de salud. Fue maestra de primera enseñanza y ejerció en Avinyó, Navarcles, Oliana, y la Seu d’Urgell. Su hermana María ingresó en la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad, fundada por Santa Joaquina Vedruna. Cuando hizo su ingreso en la vida religiosa en Vic estaba dedicada a la enseñanza de niñas, junto con su hermana Antonia, en el pueblo de Avinyó. Murió con fama de santidad en Madrid el 13 de diciembre de 1863, a la temprana edad de 27 años.