lunes, 3 de enero de 2022

Eulalia Rius Saladich y su ascendencia asombrosa.


La mujer que da nombre a este capítulo (incompleto) fué la madre de Concepción Montanari Rius, mi abuela, y de Vicente Montanari Rius. Tuvo otros dos hijos que fallecieron siendo niños. Primero lo hizo Fernando Montanari Rius el 12 de Febrero de 1908 a los dos años, por aquel entonces vivían en Mahón. Según el registro de defunciones del cementerio de esta ciudad, la casa donde falleció estaba en la Calle de San José, número 46.

Tengo motivos para pensar que Eulalia se dedicó desde muy niña al mundo del espectáculo. Estoy trabajando en estos momentos en ello, y cuando pueda articular un poco los datos de que dispongo subiré una entrada nueva. 

En algún momento Eulalia se trasladó a Palma de Mallorca. Su vida en Mahón no era fácil. Tenía una relación con un hombre mucho mayor que ella, con quien nunca se casó y con quien tuvo cuatro hijos. Ese hombre: Vicente Montanari Uhler, tenía otra familia con otra mujer; Antonia Mesquida Barceló con quien tuvo otras dos criaturas y con quien en principio, tampoco estaba casado.

En Palma de Mallorca Eulalia se veía con Montanari, quien, por ser empresario naviero, tenía facilidad para desplazarse hasta esa isla. Allí falleció el segundo de los hijos, Paquito, víctima al parecer de una enfermedad pulmonar, según relata Vicente Montanari Rius en sus memorias inéditas. Según el Registro de Defunciones del Cementerio Municipal de Palma, el niño murió con 4 añitos, en Febrero de 1915. Su madre le seguiría poco después el 2 de Diciembre de 1915 la arterioeclerósis puso fin a su vida. Acababa de cumplir 31 años.

Cuando falleció Eulalia Rius Saladich, su hija Conchita estaba en barcelona interna en un colegio. Por su parte el otro hijo sobreviviente, Vicente, permaneció en Palma de Mallorca un tiempo al cargo de la familia de un ex-mayordomo de la naviera de la que Montanari era directivo. 

Al cabo de un tiempo, sin embargo, le trasladaron a Barcelona, donde se reunió con Conchita, su hermana y allí permanecieron un tiempo al cargo de 'tío Miguel' que probablemente era Miguel Lluch Uhler, primo del padre de los niños que en esa época vivía en la ciudad condal.

De lo que aconteció a los dos hermanos y la historia de su madre y de las razones que la llevaron hasta la isla de Menorca, hablaré, como he comentado antes  en otro capítulo ya que ahora quisiera centrarme en la familia de Eulalia Rius Saladich.

Barcelona tiene una parte de sus archivos históricos digitalizados. Es un proceso laborioso, pero con una buena dosis de paciencia no me ha sido dificil trazar el recorrido de esta rama familiar.

Registro del nacimiento de Eulalia Rius Saladich, nuestra bisabuela. Barcelona 1884.

Eulalia Rius Saladich, era hija de Casimiro Rius Niqui y de Concepción Saladich Almató. Nació el 26 de Noviembre de 1884. Era la primera hija -creo- del matrimonio que por entonces vivía en la Calle Riera Baja, en el corazón del Raval, entre el Paralelo y La Rambla.

En 1886 nació Eliza Dolores Concepción Rius Saladich y en 1887 nació su hermano Esteban Casimiro. En esa época, la familia vivía en la Calle Tantarantana, número 4, en el barrio de La Marina y justamente en la casa donde había vivido 200 años antes Madrona Clarina Colomer, una venerable religiosa a quien se le atribuyen milagros y profecías y que, según se cuenta, su cuerpo permanece incorrupto en la cripta del Convento de Sant Agustí Nou.

Casa de la calle Tarantantana número 4. Barcelona

En 1888 nació otra hermana de Eulalia a quien se puso por nombre Juana Matilde Jacoba, la familia, vivía por entonces en la Calle Sant Sever, en El Call, o Barrio Judío de Barcelona.

El siguiente fué Manuel Trinidad Casimiro, que nació en 1890 cuando la familia vivía en la Calle Gobernador -actual Calle Durán i Bas- junto a la catedral. Dos años despues nació la que, creo que es la última hija que tuvieron y a la que llamaron Manuela Mercedes Concepta.

De las vicisitudes de esta familia no tengo mucha información, sin embargo parece que seis  hijos en poco mas de siete años y cuatro domicilios diferentes, aunque siempre en la misma zona de Raval/Gótico/Marina, parece indicar que no fueron tiempos fáciles. 

De Casimiro Rius Niqui solamente sé que tuvo un hermano, cinco años mayor que se casó con Encarnacion Brichs. La mujer de Casimiro, y por tanto madre de los hermanos Rius Saladich, que se llamaba Concepción Saladich Almató falleció en 1902 a los 37 años. Por entonces vivían en Les Corts, ya integrado a la ciudad de Barcelona. 

Antiguo Hospital del Sagrado Corazón, en Barcelona, donde falleció Concepción Saladich Almató, madre de nuestra bisabuela.

Anotación del fallecimiento de Concepción Saladich Almató en el Registro de Defunciones del Ayuntamiento de Barcelona. 1902.

Pero no siempre fué así. La familia materna de Concepción Saladich Almató provenía de Sant Feliu Sasserra en la comarca catalana del Lluçanés y era muy conocida por ser la familia del médico del pueblo.

Salvio Almató Eurás fue un médico rural muy respetado. Había estudiado la carrera de medicina en la Universidad de Cervera y de esa localidad era la mujer con la que se casó: Antonia Ribera Subiranas. El matrimonio Almató - Ribera proporcionó a sus hijos una sólida educación cristiana y de los seis hijos que tuvieron, en tres de ellos se despertó la vocación religiosa.

Placa colocada en la casa donde vivía en 1830 el médico Salvi Almató Eurás, en San Feliu Sasserra.

El hijo mayor, Salvio (Olesa de Montserrat 1827 - 1889 Barcelona) Cursó filosofia en el Seminario Conciliar de Vich y en Barcelona y se licenció en medicina y cirugía en 1851. Conoció la homeopatía años más tarde cuando uno de sus hijos enfermó gravemente de difteria y, ante la desesperación de no tener otro recurso, acudió al doctor Guañabens que practicaba la homeopatía en Mataró.

Retrato de Salvi Almató Ribera. Médico homeópata.

Al comprobar el efecto del tratamiento, sintió interés por conocer aquel método curativo. En la epidemia de cólera que hubo en Barcelona en 1865, utilizó medicamentos homeopáticos para tratar a los enfermos y desde entonces se dedicó con exclusividad a este tipo de terapia.

Su entusiasmo por la homeopatía le llevó a traducir diversas obras de reconocidos autores. Colaboró en la segunda edición de los Archivos de la medicina homeopática (1877) y fundó con los doctores Badía, Cahis, Nogué Roca y Benavent la revista El Consultor Homeopático (1887). El Ayuntamiento de Barcelona le concedió la Medalla de Plata por su colaboración durante el brote de fiebre amarilla que asoló la ciudad.

El segundo de los hijos es San Pedro Almató.

Pedro nació  en Sant Feliu Sasserra el 1 de noviembre del año 1830 y, el mismo día, Fiesta de Todos los Santos, recibió el bautismo en la iglesia parroquial de esa población. A muy corta edad se manifestó su vocación de servir a su religión y así, primero en Oristá, despues en Vich y finalmente en el noviciado del convento dominico de Ocaña, en Toledo completó su formación.

En julio de 1852 emprendió viaje hacia Manila. En la capital de las Filipinas continuó los cursos de teología y recibió el presbiterado el 17 de diciembre de 1853. Al cabo de poco más de un año, a principios de 1855, lo destinaron al Vietnam. Hacia finales de octubre de 1861, Almató y dos misioneros más fueron detenidos en Hảy Dương (Tomkin) y, el 1 de noviembre, el mismo día en que Pedro cumplía 31 años, fueron decapitados.

Pendón procesional del martirio de Sant Pere Almató según una pintura de Martín Coronas destruida durante la guerra civil española.

La noticia del martirio de Almató llegó a España a través de una carta que escribió el P. Hilario Alcázar al Rector de Ocaña, P. Mariano Cuartero. Estaba fechada en el Vicariato Oriental del Tonkín el 23 de marzo de 1862. Por entonces no vivía ya el Dr. Salvi Almató i Euras. Había fallecido el 15 de marzo de aquel mismo año 1862. Sí vivía, sin embargo su madre, D.a Antonia Ribera. Aseguran que se apresuró a encargar un funeral en la parroquia de Sant Feliu Sasserra para rogar al Señor por el eterno descanso de su hijo. El sacerdote que recibió sus deseos, le contestó: «A los santos no se les deben hacer funerales. Vuestro hijo mártir se ha ido derecho al cielo».

En 1885, los restos de Almató fueron identificados y enviados, en una arqueta, a Europa; Después de pasar por Manila, llegaron en barco a Europa y en tren a Vich. Fué beatificado por Pio X en 1906 y canonizado por Juan Pablo II en 1988.


Reliquias de Sant Pere Almató. Conservadas en la Iglesia de Sant Feliu Sasserra.

Solamente dos de las hermanas de San Pedro Almató se casaron y formaron una familia. Teresa se casó con Antonio Badia y Josepa, como hemos dicho, con Valentín Saladich, que tenía una droguería en Prats de Lluçanés, y que fueron  los abuelos de nuestra bisabuela Eulalia Rius Saladich. 

Es dificil de entender que esta historia, no haya sido recurrentemente contada en el ámbito familiar. Creo que Eulalia estuvo tan desvinculada de su familia materna que nunca supo que el hermano de su abuela había sido un misionero, que había sido martirizado, que sus restos habían sido retornados a Catalunya con toda la pompa y boato litúrgico y que finalmente había sido beatificado.

 

Cuadro genealógico de la rama Almató Ribera hasta Rius Saladich.


En cuanto a las otras dos hermanas Almató Ribera, Antonia ingresó en la vida religiosa, pero hubo de desistir por falta de salud. Fue maestra de primera enseñanza y ejerció en Avinyó, Navarcles, Oliana, y la Seu d’Urgell. Su hermana María ingresó en la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad, fundada por Santa Joaquina Vedruna. Cuando hizo su ingreso en la vida religiosa en Vic estaba dedicada a la enseñanza de niñas, junto con su hermana Antonia, en el pueblo de Avinyó. Murió con fama de santidad en Madrid el 13 de diciembre de 1863, a la temprana edad de 27 años.